NUEVA YORK (Reuters Health) – Un nuevo estudio desmiente que
las mujeres que consumen gran cantidad de productos de soja o
fibra padezcan menos síntomas durante la menopausia.
Esto se suma a los resultados de investigaciones previas que
no habían hallado beneficios en el consumo extra de soja, un
alimento con altos niveles de estrógeno vegetal.
“Estaríamos en una calle sin salida”, dijo William Wong,
profesor del Baylor College of Medicine y especialista en los
efectos de la proteína de soja en los síntomas menopáusicos.
Los estrógenos de origen vegetal, o fitoestrógenos, se
encuentran en alimentos como las semillas, los frutos secos y
los porotos de soja. Su estructura química es similar a la del
estrógeno humano.
La terapia de reemplazo hormonal, que aporta estrógeno y
otras hormonas, reduce los sofocos y otros síntomas de la
menopausia, pero una investigación importante difundida hace una
década habían demostrado que puede causar enfermedad cardíaca y
cáncer.
“Muchas mujeres no pueden o no quieren tomar hormonas”, lo
que hace del estrógeno de origen alimentario una alternativa
atractiva, opinó Ellen Gold, autora principal de un nuevo
estudio y profesora de la Facultad de Medicina de la University
of California, en Davis.
Pero los resultados sobre los estrógenos vegetales son
contradictorios. Una revisión de 17 estudios sobre los
suplementos de soja había revelado que las píldoras reducen la
frecuencia y la gravedad de los sofocos, mientras que algunos
ensayos clínicos con proteína de soja no habían identificado
efectos beneficiosos.
El equipo de Gold monitoreó a 1.651 mujeres durante 10 años.
Al inicio del estudio, ninguna había entrado en la menopausia.
Cada año, los autores controlaban si las participantes
habían tenido sofocos o sudoración nocturna. Durante el estudio,
las mujeres respondieron un cuestionario sobre la alimentación.
Al final del estudio, el equipo no pudo detectar un patrón
sólido entre la cantidad de fitoestrógenos consumidos y la
frecuencia o la gravedad de los sofocos y la sudoración
nocturna. Lo mismo ocurrió con la cantidad de fibra que las
mujeres consumían.
FUENTE: Menopause, 29 de octubre del 2012
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